A petición de mi colega Txema Campillo, coloco aquí algo que escribí en mi Facebook, y por ello no abierto al público.

Estamos viendo Star Trek: La Nueva Generación, y no creo que exista nunca una serie con unos modelos morales y de comportamiento más ejemplares en la vida. Otras series de Star Trek tienen personajes memorables, historias increíbles, y logran ser incluso más épicas en alcance, pero nunca encontraréis unos modelos mayores de tolerancia, respeto a la diversidad, humildad, pasión por el conocimiento, deber, honor, y dedicación a una noble causa que la tripulación del Capitán Picard.
En verdad Roddenberry consiguió dar un paso más allá con esta serie, porque si con la primera dio unos avances increíbles en algunos aspectos sociales (primera mujer negra en TV que no está poniendo cafés o limpiando, primer beso interracial, sociedad comunista en el futuro), aquí crea un reparto que, sencillamente, es acierto tras acierto. Es increíble ver al androide Data tratando de contar chistes porque el humor es lo que nos hace humanos, y las conversaciones que la tripulación mantiene entre sí y con otros acerca de si es más que una máquina o no. Es asombroso ver el ejemplar modelo de liderazgo que es el Capitán Picard, y pasmarse de ver cómo te ponen en las escuelas de negocios ejemplos de mamaleches como entrenadores de fútbol, teniendo a este tío delante. Ver a una tripulación, que sabe que podría barrer muchos problemas a base de pura potencia de fuego, pararse y negociar con los que son más débiles que ellos porque tienen unos principios meridianos y lo demás son tonterías, incluyendo episodios en los que Picard deja claro que antes vuela la nave con todos dentro que someterse a las demandas de un alienígena hostil. En esa situación la única duda que tienen es si programar una autodestrucción rápida y sufrir poco, o una lenta y que de tiempo a despedirse.
Star Trek es una serie gigantesca que llega a donde Star Wars no llegará jamás porque ST nos recuerda que podemos ser mejores, nos enseña a dónde podemos llegar, y hace aquello que la mejor ci-fi debe hacer (y que J.J. Abrams ha violado miserablemente a cambio de molonidad de segunda y explosiones): nos enseña a lo que debemos aspirar, nos pone delante lo que podríamos ser y nos cuestiona por qué no somos así.
Poned Star Trek: La Nueva Generación a vuestros hijos. No importa si en la primera temporada la mitad de los actores son unos intensos de la vida y si a veces, en los momentos de tensión, suena una infame música de Casio PT1 más propia de un culebrón venezolano. Si a vuestros hijos se les pega aunque sólo sea una pizca de la tripulación de la Enterprise, serán mejores personas. Si se os pega aunque sea sólo un poco del Capitán Picard, seréis mejores padres. Pero que la vean. Que sepan que podemos ser así.
Si quieres verlo en el orden guapo guapo, mi recomendación personal es:
– La Nueva Generación: ambientada unas cuantas décadas tras la serie original, 7 temporadas a 25 capítulos la pieza. 1ª temporada irregular, no están seguros, pero a partir de la 2ª es GLORIA. No cuento más porque mi mujer la está viendo ahora 🙂
– Deep Space Nine: Star Trek en la frontera, en una estación fija en vez de una nave que va de acá para allá, donde además la Federación no tiene jurisdicción, de modo que el capitán Sisko (primer capitán negro en Star Trek) tiene que hacer muchos compromisos morales entre los principios de la Federación y la realidad de la frontera. Profundiza un cerro en muchas cosas que aparecieron en Nueva Generación y es, quizá, mi favorita. 7 temporadas, 23 capítulos por cada una.
– Voyager: el viaje épico de una nave que se ve arrojada por un deus ex machina al otro extremo de la galaxia y trata de volver a casa, recortando un viaje que deberían ser 70 años a sólo 7. Como siempre, Star Trek petándolo de progresivo con una capitana (la capitana Janeway), que es un modelo de personaje femenino, aunque es una serie que, en general, en lo tocante a personajes femeninos fuertes, capaces e independientes, se mea en todo lo que la TV ha hecho jamás. La capitana Janeway y 7 de 9 (una Borg que además está más buena que todas las cosas) son dos modelos de conducta que yo querría para mi hija. No te digo más. Además que salen los Borg a punta pala y es épico como la Odisea. Bueno, es que es la Odisea en Star Trek, bien hecha y con dos cojones. 7 temporadas, 23 capítulos.
– La Serie Original: si has visto lo anterior y te ha gustado, eres un trekkie de pro y entonces podrás mirar la serie original con cariño, y perdonando las evidentes limitaciones técnicas y, en ocasiones, de guión, que tiene. Es una serie muy divertida, original, que no se corta con sus ideas, pero creo que se aprecia más si eres trekkie ya y por tanto vienes predispuesto a fliparte. Si vas con la mentalidad adecuada, es GLORIA TRAS GLORIA.
– Enterprise: es una serie que cancelaron. Trata sobre el inicio de la exploración del espacio y la entrada de la Tierra en la federación. Tiene algunas ideas buenas (y la vulcaniana T’Pol está como un queso), pero es ignorable.
– Las pelis de Star Trek: las anteriores a Abrams son un 50% basura infecta, un 50% buenas. De hecho, pasa como con Windows, alternan un culo con una buena, pero nunca me acuerdo cuáles son las buenas, si pares o impares. Las de Abrams son, como diría Santiago, caca de lujo. Muy caca. Pero mucho.
Muchas gracias por escribir este artículo, en verdad me ha alegrado el día. Yo también soy un incondicional de la NG, no se cuantas veces he visto la serie… muy alejada del «dispara primero y luego pregunta».
«La medida de un hombre» es mi episodio favorito. Auténtico fan de todos los personajes, aunque la nueva doctora fuera un poco engreida.
Un placer 🙂
Solo decir que empece la Nueva Generacion gracias a este post y sin conocer o haber tenido previamente ningun interes en la serie, y que ha sido un descubrimiento maravilloso.
Esto proximo a terminarla y en breves de me pondre con Deep Space Nine, que espero continuar. Asi que yo tambien he de expresar este agradecimiento.