Epicteto es uno de mis filósofos favoritos, desde que estudiaba. Y gracias a una compañera me hice con una copia del Manual de Vida en un formato verdaderamente de bolsillo, con lo que lo he leído miles y miles de veces, sobre todo en momentos difíciles. En un manual tan breve y condensado, las perlas abundan. Y aunque escribí acerca de ello hace unos pocos años, no está de más recordar algunas de las cosas que más me han gustado. Porque cuando se me olvidan, lo paso mal.

- Ocúpate de tus propios asuntos. Presta atención únicamente a tus propias preocupaciones y da por sentado que lo que pertenece a los demás es asunto suyo, no tuyo. Si obras así serás impermeable a la coacción y nada te podrá retener. Serás libre y eficaz, pues darás buen uso a tus esfuerzos en vez de malgastarlos criticando u oponiéndote a los demás. Si conoces y prestas atención a tus verdaderas preocupaciones, nada ni nadie te hará actuar contra tu voluntad; los demás no podrán herirte, no te ganarás enemigos ni padecerás ningún mal.
- Veamos las cosas tal como son en verdad. Las circunstancias no se presentan para satisfacer nuestras expectativas. Las cosas suceden por sí mismas. La gente se comporta como realmente es. Aprovecha lo que realmente obtienes.
- Los acontecimientos no nos hacen daño, pero nuestra visión de los mismos nos lo puede hacer. No podemos elegir nuestras circunstancias externas, pero siempre podemos elegir la forma en la que reaccionamos a ellas.
- Ni vergüenza ni culpa. Las cosas son sencillamente lo que son. Los demás que piensen lo que quieran; no es asunto nuestro.
- Crea tu propio mérito. No dependas nunca de la admiración de los demás. No tiene ningún valor. El mérito personal no puede proceder nunca de una fuente externa. No lo encontrarás en las relaciones personales, ni en la estima de los demás. Es cosa probada que las personas, incluso las que te quieren, no estarán necesariamente de acuerdo con tus ideas, no te comprenderán ni compartirán tu entusiasmo. ¡Madura!¡A quién le importa lo que los demás piensen de ti!
- Tu voluntad está siempre bajo tu poder. En realidad nada te detiene. La enfermedad puede desafiar a tu cuerpo, pero ¿acaso eres sólo cuerpo? Tu voluntad no tiene por qué verse afectada por ningún incidente a no ser que tú se lo permitas.
- “Cuando llamas a tu hijo, debes estar preparado para que no responda, y si lo hace, tal vez no haga lo que le pidas. En tal caso, tu inquietud en nada le ayuda. Tu hijo no debería tener la facultad de causarte ningún trastorno.”
- Evita adoptar los puntos de vista negativos de los demás.
- Nadie puede hacerte daño. La gente no tiene la facultad de hacerte daño. Incluso si te denigran a voz en grito, tuya es la decisión de considerar lo que ocurre como insultante o no.
- Querer agradar a los demás es una trampa peligrosa.
- No entregues tu mente. Si alguien pretendiera entregar tu cuerpo a cualquier transeúnte, te pondrías naturalmente furioso. Entonces, ¿por qué no tienes pudor en prestar tu valiosa mente a cualquier persona que desee influenciarte?
- Define claramente la persona que quieres ser.
- Apártate de los entretenimientos populares. Casi todo lo que se acepta como legítimo entretenimiento es inferior o ridículo, y sólo atiende o explota las debilidades de la gente. La vida es demasiado corta y tú tienes cosas más importantes que hacer.
- El mero hecho de que la gente sea amable contigo no significa que debas pasar el tiempo con ellos.
- Abstente de defender tu reputación o tus intenciones. Sólo los moralmente débiles se sienten obligados a defenderse o explicarse ante los demás. Deja que la calidad de tus actos hable en tu nombre.
- Adopta una actitud firme. Después de deliberar y determinar que un curso de acción es el acertado, jamás pongas en duda tu juicio.
(Estoy leyendo demasiada ciencia ficción para mi propio bien: es un poco androide Epícteto ¿no? ¿Pasa el test de Voigt-Kampf? A ver si tu héroe va a ser un g(r)eek XD (perdón) (o no).
Una buena dosis de esto está bien, pero ¿dónde está la empatía?
O manejamos definiciones diferentes de empatía, cosa que puede ser, o no te comprendo. Al contrario, el estoicismo está lleno de empatía y comprensión y aceptación por los demás.
El estoicismo de Epicteto (y el de los demás) no es una filosofía carente de compasión o interés por los demás. Es, simplemente, la aceptación de que los demás son lo que deciden ser, y que nada podemos hacer con ello, salvo decidir cómo reaccionamos.
Es una filosofía de la serenidad: en vez de desquiciarte porque las cosas y las personas no son como tú querrías, aceptas eso y te centras en aquello que si puedes modificar: lo que haces, lo que sientes, y lo que piensas.
No veo dónde falta la empatía, la verdad. Por otro lado, ten en cuenta que son simplemente unas citas seleccionadas. Hay mucho contexto que no ves.
Es, a mi manera de ver, lo que se conoce como la ilusión del control. Preocuparnos por problemas que están más allá de nuestra esfera de responsabilidad nos frustra y al mismo tiempo no podemos hacer nada para solucionarlos. Tenemos que aceptar los límites de nuestra responsabilidad y capacidad de acción en el mundo, ¿no?
Pues a mi me han encantado estas reflexiones sobre temas de la vida. Siempre he admirado a Epicteto, me gustan todas sus «citas» que circulan por ahí y me identifico mucho con este filósofo.Claro que no se, si tiene valor mi opinión,soy de lo más simple, pero ahí queda .