Pues he colaborado en un programa de Playz, la plataforma digital juvenil de RTVE, concretamente en Gen Playz, que es un programa de debate conducido por la estupenda Inés Hernand, y echamos un rato la mar de majo hablando sobre si hay una tiranía de la felicidad, y si hay que ser feliz por cojones, y si el pensamiento positivo vale para algo o qué. Como suele pasar en estos casos, si un artículo o vídeo empieza con una pregunta, la respuesta se sabe muy claramente. Para variar, no he tardado meses en ponerlo, esto sólo lo subieron el pasado día 1 😀
He colaborado en un artículo de Hipertextual en contra de las pseudoterapias con otras compañeras, y aquí lo tenéis. A menudo me pasa que pienso que es tirar el tiempo y el esfuerzo, porque ni en los grados universitarios ni desde los colegios de psicólogos se lucha en lo más mínimo contra esto, porque las universidades y los COP son los primeros que se suben al carro de poner formaciones de mierdas de estas, porque al final la pela es la pela.
Ha muerto Raffaella Carrá, una señora que siempre fue un faro de alegría, más roja que los tomates, y un ejemplo en muchas cosas. Una cosa que tardé mucho en descubrir era ese comunismo acérrimo, y su preocupación por cómo estaban las bailarinas que trabajaban con ella, que le llevó no pocas veces a cerrar un show y decir que ella no actuaba hasta que la gente cobrara lo que le correspondía. O cuando se peleó con los de la RAI para cobrar lo mismo que los hombres. Una señora. Me quedo con este extracto de este artículo mítico:
Y en medio de todo ese horror catastrófico, aparecía Raffaella Carrà. Se te acercaba como no se te ha acercado en la vida un famoso, te bajaba la piel del ojo y te decía: «Estás anémica perdida». Te preguntaba por tus condiciones laborales, y cuando se las contabas, apagaba la luz del plató. (…) La tipa vivía permanentemente en un estado de excitación política de izquierdas, mientras dirigía departamentos enteros, vestida de lentejuelas rojas».
En fin. Descansa en paz, Rafaella.
Hoy no hay Estatus. Están siendo unos días jodidos, con todo el odio homófobo que va saliendo.
Hombre Ramón yo te tenido momentos de felicidad, que lo definiría como momentos de plenitud. Nunca he tomado drogas y no se si es lo mismo que experimentan los drogadictos, un sentimiento de plenitud.