Para tomarme un descanso de narcisismo, voy a hablar de libros que he leído recientemente y de películas que he visto hace poco (ayer, para ser exactos).
El Hombre de los Dados, de Luke Rhinehart (pseudónimo)

Si quieres ridiculizar el psicoanálisis, deja que un psicoanalista escriba sobre ello. A menudo olvido eso.
Este libro me lo regaló The Walking Man (autor de esto) cuando estuvo recientemente pasando unos días por casa. Pensó que me gustaría, y acertó en su mayor parte. De hecho, en la próxima tertulia literaria probablemente lo proponga para reabrir el tema.
El libro se publicó en los 70 y fue un éxito bastante importante. Trata sobre un psicoanalista neoyorquino llamado Luke Rhinehart, casado y con un par de niños, que está hasta los cojones de su exitosa vida porque uno no puede creer en el psicoanálisis sin tener muchas insatisfacciones vitales. Una noche de poker en su casa, que anda bastante borracho, decide que va a tirar un dado, y que si sale un uno bajará al piso de abajo y violará a la mujer de su socio de despacho, que está bastante bueno. Tira el dado, sale un uno, baja al piso de abajo y viola (bueno, no, porque ella se deja un montón) a esta mujer.
Desde ese momento decide que lo que hay que perseguir es la desintegración total del yo, dejando que sean los dados (uno o dos) los que tomen todo tipo de decisiones por él, acabando por su propia identidad. O sea, en cada punto de decisión, escribe una lista de opciones (asignándoles la probabilidad que le sale del cimbel) y tira el dado para ver qué hace. Para que sólo sea trampa a medias y no del todo, siempre ha de incluir al menos una opción que no le mole, pero vaya, que no deja de ser trampa porque asigna las probabilidades como quiere.
El libro le va siguiendo conforme se hunde más en este rollo, lo propaga, y monta centros de terapia para que la gente que no está enferma se cure haciendo el panoli, que es básicamente el psicoanálisis en una frase. Por supuesto, los análisis de su conducta que hacen los psiquiatras que se le oponen son igual de ridículos que los que hace él, pero al menos el protagonista tiene razón en una cosa: si vas a tener al paciente viniendo 3 veces/semana durante 2 años sin garantizar ningún progreso, tanto te da tirar los dados.
El libro es bastante divertido al principio, pero se alarga demasiado abundando en las mismas chorreces. Llega un momento en el que ya no tiene gracia ver la enésima viñeta de «en qué lío se mete este idiota tirando dados.» Además, es como una de las pelis de Woody Allen de la época, en el sentido de que si has visto una es como si te hubieras leído este libro.
Conclusión: no está mal, pero no saca buena nota para mi.
La vieja guardia, de John Scalzi.

La ciencia ficción en este país suele dar alegrías, y esta no es una excepción. Me la recomendó Jambrina hace muuuucho, y ahora la he leído, ergo gracias. Claro que por otro lado también me hizo leer aquella mierda de Kitchen de Banana Yoshimoko, así que una cosa cancela la otra, supongo.
En esta obra se nos presenta un futuro donde la humanidad se ha expandido por las estrellas, ha encontrado muchas especies inteligentes y avanzadas, y la mayoría se nos quieren comer. Literalmente. De modo que las Fuerzas de Defensa Colonial (FDC) libran sus guerras en muchos planetas defendiendo a la especie de todo tipo de especies rivales.
¿La gracia? No puedes alistarte hasta los 75 años. Esta es una sociedad donde, cuando eres muy viejo, si quieres, puedes alistarte y, de alguna manera que en la Tierra se desconoce (y que yo no destriparé aquí), te dan la capacidad de luchar al menos 10 años más. Si sobrevives.
Esta es la historia de John Perry, un hombre que ha perdido a su mujer y que por ello decide alistarse y descubrir de qué va todo esto. Pasa por el proceso de entrenamiento, combate, y se lleva unas cuantas sorpresas acerca de lo que hay realmente ahí fuera. Hay abundantes reflexiones sobre si está bien o mal competir con otras especies por el espacio vital, que se resuelven como cabe imaginarse. El final es emotivo sin flaccideces ni moñerías, y bien resuelto.
El ritmo es ágil, los diálogos brillantes, la trama un homenaje a Tropas del Espacio que no se avergüenza de serlo (y así lo dice en la dedicatoria), y una obra muy sólida para ser la primera novela del autor. Hay más novelas en este universo, pero no las he leído.
En resumen: una obra muy recomendable para aficionados a la ciencia ficción, que sin llegar a ser La Fundación o Forastero en Tierra Extraña está bastante por encima de la típica literatura de piscina. Que también leo de eso.
Una nota: el autor tiene un blog muy interesante llamado Whatever donde escribe diariamente sobre todo tema posible. Esta entrada sobre la pobreza en los EEUU es escalofriante.
Ahora gracias a Gío me voy a leer el primer tomo de La Saga de Fantasía Definitiva (o eso dicen), que no puede hablar de sí misma sin compararse con otras que, de todos modos, no tienen nada que ver con ella salvo el formato de libro de papel. Es la saga Malaz: El libro de los caídos de Steven Erikson. Para más inri, la saga pretende ser de 10 libros de Erikson (lleva 6), 5 de su amigo Cameron, y algunas novelas cortas. Y encima es una saga basada en el mundo de sus partidas de rol. Pa-fli-par-lo. Ya os contaré.
Y hablando de Gío, ayer se pegó el día en casa con nosotros y, dado nuestro extremo deseo de no hacer nada de esfuerzo, nos fuimos rotando por diferentes posiciones del sofá Muerte Social II, viendo películas. En general, quedamos contentos con las 3, que fueron:
The Wolfman (2009)

Esta película demuestra lo que hablamos Rapun y yo hace tiempo cuando vimos aquel truño que es Van Helsing. Si la película sabe lo que quiere ser, es muy probable que sea buena. Van Helsing a ratos quiere ser una peli de terror gótico, a veces quiere ser una de Will Smith, y falla en todo. El Hombre Lobo lo tiene claro: es un homenaje al clásico de terror, y va a saco por ello.
Escenografía, fotografía, actores, diálogos, todo sigue el esquema de una novela gótica del siglo XIX. Nada de gadgets, artes marciales, chistes modernos o concesiones a la molonidad (término inventado por SuperSantiEgo que uso como los Pitufos USB en Avatar). La peli mantiene un nivel de suspense excelente, y para mi gusto sólo abusa de lo que se ha convertido en un hábito odioso y por cojones, que es colorear las películas enteras por ordenador, creando paisajes muy bonitos para un cuadro, pero que no pueden existir en ese color ni con esa luz. Aparte de eso, sólo hay grandes interpretaciones (estupendo Benicio del Toro, gran Anthony Hopkins, y muy creíble Hugo Weaving como el poli de Scotland Yard), una estupenda BSO de Danny Elfman, y una historia clásica yrespetuosa con aquello que homenajea, sin chorradas Disney ni mierdas. Y sangre y casquería a cascoporro, claro.
Alicia en el País de las Maravillas, de Tim Burton (2010)

Johny Depp hace de Johnny Depp disfrazado de Lady Gaga, Helena Bonham Carter hace el papel que hace siempre, y es una peli de Tim Burton aún más moña que el resto, que ya tiene tela.
SuperSantiEgo ya hace una disección aquí con la que concuerdo bastante (salvo en el disfraz de Johnny, porque Madonna no es tan ridícula), así que leedla si queréis. Ojo, la peli no me disgustó, lo pasé bien, pero la crítica que hace Santi es totalmente acertada. Visualmente es muy bonita pero, la verdad, nada que se haga hoy día con 4 duros falla en lo visual (salvo Legión, infausto truño). O sea, es bonita de ver y tal, pero muchas veces sería mejor si en estas pelis hicieran un documental tipo «El País de las Maravillas según Tim Burton» y no la película, porque a menudo la gente habla y se jode el invento.
Ah, y el fina con afirmación de las libertades fundamentales de las mujeres adolescentes y su derecho a dirigir empresas en la era victoriana a pesar de no tener ni idea ni experiencia es de traca. Sobre todo la idea narcisista de «como eres quien eres, seguro que lo haces super bien.» Pero ya volveremos a eso luego. La cara que se nos quedó a los 3 fue de pasmo. Habría sido mejor que Alicia no hubiera salido de LSDlandia nunca.
En fin: menos mal que no fui al cine.
Sherlock Holmes (2009)

Esta nos tuvo un rato jodiendo con los subtítulos hasta que, gracias a que Gío recordó cómo retrasarlos y adelantarlos, conseguimos disfrutarla. Y valió la pena.
SuperSantiEgo también habla de esta película, pero no estoy tan de acuerdo con él como con Alicia. Aunque tenga su parte de razón, ciertamente.
Cada vez que se adapta (énfasis en «adaptar») una obra literaria al cine, el tema de la fidelidad a la obra original sale, y alguna vez se enfoca de manera más o menos razonada (como la de Santi) y las más es simplemente algún fanboy echando espumarajos.
Esta es la película que más me ha gustado de las tres. De largo, como para lamentar no haberla visto en el cine.
Guy Ritchie hace un gran trabajo al traer a Sherlock Holmes a nuestra época y hacerlo suyo. Esto es importante. Cuando vi la película, yo quería ver Sherlock Holmes según lo interpreta Guy Ritchie. No quería ver Sherlock Holmes según Conan Doyle, porque para eso ya tengo los libros y nadie va a hacer un Sherlock de Conan Doyle mejor que Conan Doyle. Eso es ridículo.
Guy Ritchie hace grandes películas de crimen en Londres y esta es una gran película de crimen en Londres, con toda la estupenda manera que tiene Ritchie de contar historias. Robert Downey Jr se sale haciendo de un Holmes huraño, antisocial y bordeando en lo autista, o sea, exagerando sólo un pelín los rasgos del Holmes literario. Judd Law consigue crear con él una química que de verdad hace creíble la camaradería entre estos do personajes. Buenos diálogos, grandes personajes. El trabajo de estos dos es extraordinario.
Santi dice que el Londres victoriano le parece cochambroso y que el piso de Holmes es una cueva. A mi me parece bien, tras haber estado en una reconstrucción del mismo en Londres, y añado que Londres en el siglo XIX debía ser, más o menos, una pocilga enorme. Mucha gente se queja de que tanto Holmes como Watson dan hostias a diestro y siniestro, y yo les invito a que relean los libros, donde encontrarán que muchas veces Watson usa su revólver reglamentario y Holmes relata (si bien Conan Doyle rara vez lo muestra) cómo obtuvo una información o resolvió una situación usando los puños o una pseudoarte marcial de la época llamada bartitsu. Así que tampoco es tan grave.
En las novelas de Conan Doyle la acción se narra de otra manera, porque era otro el signo de los tiempos. Y aunque desde luego la peli tiene bastante de molonidad, creo que criticar una peli de ahora porque se rueda como una peli de ahora es como criticar a Kurosawa por adaptar a Shakespeare a la sensibilidad y forma de narrar de Japón. ¿Es mejor Ran que El rey Lear? Pues no, pero es una gran obra y es bueno que se haya hecho.
Aunque el malo no es Moriarty, el Profesor sí que aparece y dejan abierta la puerta a que haya una secuela donde él sea la némesis. También aparece Irene Adler, en la historia – romance con Holmes que, pese a estar bien contada, es 100% previsible. No mucho que añadir por ahí.
Y esto fue nuestro domingo. Seguiremos con el narcisismo en breve.
Si te ha gustado la de Holmes tenéis que ver la serie de Steven Moffat que acabade emitir la BBC. Tres capítulos de hora y media para la primera temporada. Muy buenos
El enlace a la anotación de la pobreza es como dejar una mina en un parque infantil. Cabrón.