Hace unos días, Ane Lindane me entrevistó por teléfono para el programa La Zona Crítica, donde se tratan temas relacionados con el escepticismo. Ane es una chica encantadora, con mucho humor y muy provocadora, y la entrevista debe ser de las más irreverentes que he hecho. Bueno, no tenéis más que ver el cartel que diseñó Ane para el programa.
Lleva unos días colgados pero en fin, vida de locos. Lo siento mucho, Ane. Aquí lo tenéis.
no estás solo
He escuchado el programa y por si no lo habías leído te dejo aquí el comentario que hice (disculpen el vocabulario, pero creo que está a la altura de las circunstancias):
«Oye Ramón vaya formación «solida» de mierda le dan a la gente que sale de la universidad, que en un tris-tras unos mamarrachos le convierten al psicoanálisis con sus polladas. Pero bueno, creo que me va quedando claro: todo lo que no sea cognitivo conductual son, lo que en el más estricto lenguaje científico se denomina como «pollada», «mamarrachada», «chorrada». Así no me convences»
A este comentario me gustaría añadir que mi experiencia en la terapia gestalt ha sido francamente buena. Estoy totalmente convencido de que las notables mejoras que han transcurrido a lo largo de mi vida y mi nivel de felicidad actual están estrechamente ligados a esta terapia. Solo un lavado de cerebro conductista al más puro estilo La Naranja Mecánica conseguirían quitarme esta idea de la cabeza. Tengo más pruebas, al rededor de mí, de mejoras significativas con esta terapia. A mi pareja un experimentado psiquiatra le dio a entender que sería dependiente a los antidepresivos el resto de su vida. Después de pasar por una terapia cognitivo-conductual que, aunque con alguna mejora, llegó a un punto de no evolución (y por supuesto nada de dejar la medicación), comenzó a hacer terapia gestalt. Hoy es el día en que, después de llevar unos diez años tomando medicación diariamente, ya no tiene que tomarla más. Lleva más de un año sin síntomas y sin medicación. Ha sido una supuesta pseudoterapia la que ha conseguido que ella supere el nefasto pronóstico que la más oficial y científica de las disciplinas le había dado.
Para terminar me gustaría añadir que a nosotros, que tan buena experiencia hemos tenido en esa terapias, cuando os escuchamos hablar así de ella, con ese lenguaje tan “irreverente”, y diciendo que está demostrado que es ineficaz, se nos encienden muchas alarmas y nos lleva a pensar que vuestro pensamiento está muy lejos del pensamiento crítico. Es más, NOS APESTA A SESGO DE CONFIRMACIÓN. Hacéroslo mirar. ¿Acaso nos queréis vender la moto de que es más sensato desoír la voz de nuestra experiencia (que además va acompañada de evidencias clínicas), y hacer caso a vuestro supuesto “conocimiento no sesgado”? ¿De qué puto pino os habéis caído?
La única vía que os queda es prohibir estas terapias para que no haya testigos de ellas. Sólo os queda la privación de la libertad para imponer vuestro criterio, porque por muy buenos argumentos que nos deis, por mucho que estén supuestamente reconocidos por la sacrosanta comunidad científica, nada va a superar la percepción que tenemos de algo, después de haberlo vivido. Estáis intentando convencernos de que algo que hemos vivido, no ha sido así. Lo tenéis difícil, pero ánimo, seguid intentándolo. Nos tendréis delante.
Qué tocho más largo para acabar diciendo «es que a mí me funciona.» Oye, me alegro mucho de que te hayas montado tu fantasía de heroico luchador por la YUSTISIA y la LIBERTAD. Cada uno se busca los reforzadores donde quiere. Lo de que tenéis evidencia clínica en la gestalt es un descojone, como la evidencia clínica del tarot.
Es verdad, he utilizado mi rol de yustisiero como reforzador. No como tú que pretendes salvar a la pobre, indefensa e ignorante humanidad de los malvados pseudoterapeutas y sus charlatanerias. ¿Qué haríamos sin tí??? Sigue así. Necesitamos gente como tú.
Seguiré, seguiré, sin duda.