Iba a seguir escribiendo sobre narcisismo, pero un Papa se tropezó conmigo.
Hablamos sobre cómo el narcisismo reescribe la historia y retuerce a los personajes de antaño en busca de preservar una identidad. Hablamos sobre cómo el sesgo de confirmación hace que ignoremos aquellas informaciones que contradicen aquello que queremos creer.
El Papa está de visita en Gran Bretaña, un país que en general pasa de las iglesias (incluyendo la propia anglicana), y cuyos reyes hacía 4 siglos que no recibían a un Papa. De hecho, cuando el anterior Papa visitó el Reino Unido en los 80, no fue recibido por la reina Isabel II. Allí ha dado un discurso. Tras las declaraciones de Walter Kasper diciendo que visitar Heathrow se parecía mucho a visitar un país tercermundista (imagino que porque en ese aeropuerto hay muchos morenos para su gusto), ya era de esperar que el discurso del Papa estaría trufado de joyas. Y no defrauda.
En el 5º párrafo el Papa aludo a como Gran Bretaña, gracias a David Livingstone y William Wilberforce, combatió activamente para detener la trata de esclavos. Omite el Papa que la Iglesia Católica sancionaba como pecado el que un cristiano fuera esclavizado por otro, pero los no cristianos (empezando por los negros) eran otra cosa. La Iglesia no tuvo problemas con la esclavitud de los indios americanos, por ejemplo, que construyeron muchas iglesias. Pero ahí está. Por otro lado, habla de cómo Florence Nightingale (devota creyente) ayudó a avanzar los estándares de salud que hoy son normales en la profesión médica, salvando muchas vidas. Omite cómo las iglesias de todo tipo obstaculizaron y obstaculizan hoy día el que una mujer haga algo más que parir críos y cuidar de la casa. Recordemos que a día de hoy, las católicas son creyentes de segunda, que no pueden ser ordenadas como sacerdote.
O sea, que en estos ejemplos, hablamos de grandes personas que lograron sus metas oponiéndose a la Iglesia. Bien.
Lo descacharrante, lo que es una fuente de cinismo sin palabras, una tarta de 8 pisos de falsedad, maldad pura y completa ignorancia como guinda, es el siguiente párrafo, donde el Papa hace buena la ley de Godwin y saca a los nazis. Ratzinger. Nazis. No voy a entrar en cómo la militancia de Ratzinger en las Juventudes Hitlerianas hace estos argumentos sospechosos porque, siendo honestos, es perfectamente posible que su ingreso fuera forzoso. Así que no creo que deba ser un argumento. No importa, el Papa proporciona suficientes en su discurso.
El Papa sale con perlas como que la tiranía nazi quería erradicar a Dios de la sociedad y que los Aliados se enfrentaron a ellos. Y que hay que reflexionar sobre las lecciones que nos da el extremismo ateo del siglo XX y claro, que cuando nos olvidamos de Dios en la sociedad, tenemos guerras mundiales. Supongo que después de decir esto, se fumó un Partagás.
Lo que el Papa dice es una mentira detrás de otra. En primer lugar, la doctrina nazi no se basa en el ateísmo. Hitler era, por su propia descripción, católico romano. Como eran cristianos de una rama u otra la mayoría de los hombres que llevaron a cabo el exterminio de Holocausto. Con el apoyo de buena parte de la jerarquía de la Iglesia, y la falta de condena de Pío XII. Holocausto en el que los judíos se llevaron la peor parte gracias al antisemitismo europeo, impulsado por la madre iglesia a lo largo de siglos de pogromos, persecuciones, y demás. Siglos de propaganda anti-judía creada… por la Iglesia.
Ciertamente hubo sacerdotes que acabaron en los campos de exterminio. No por su condición de creyentes (las iglesias no se cerraron ni se prohibió el culto en la Alemania nazi) sino por ser enemigos del régimen. Los jerarcas de la Iglesia no lo pasaron tan mal, porque la mayoría conservaron la política habitual de la Iglesia de apoyo al régimen que sea.
El resto del discurso del Papa es poco relevante, en el sentido de que no tergiversa mucho nada más y dice las obviedades que cabría esperar.
Pero fijaros en ello. La Iglesia Católica coge 2000 años de historia y simplemente los barre bajo la alfombra y pretende que no pasa nada. Y para 1166 millones de personas, según el Anuario Pontificio de 2010 (cifra que es igualmente falsa, porque muchos de sus miembros son, funcionalmente, ateos), eso es suficiente.
Eso sí, el Papa dice que la Iglesia no fue lo bastante veloz y diligente en perseguir y castigar a los pederastas. Observad cómo lo formula: «la Iglesia.» ¿Sabéis cómo se llama eso? Dilución de responsabilidad. Cuando uno dice «se han cometido errores» no se está responsabilizando de los errores. Es una maniobra, una mentira. Lo correcto sería que el Papa asumiera la responsabilidad de manera personal.
Espero que al menos le retiren al obispo pederasta de Brujas su pensión de 2800 € mensuales, ganada con el dolor de muchos niños violados. 2800 pavos mensuales por violar niños. Desde luego, para aquellos inclinados por los menores, la llamada de Dios debe ser la hostia.
¡Pero hombre! Tu blog está muy bien, pero en esta entrada creo que has patinado bastante.
La Iglesia católica no aceptaba cristianos esclavos. Tampoco aceptaba indios paganos. Corolario de lo anterior es que la Iglesia católica no podía aceptar ni aceptaba indios esclavos. De hecho, esa fue una de las razones que «obligaron» a la importación de esclavos africanos, junto a la desaparición de gran parte de la población autóctona original de ciertas zonas de América (costas del Caribe y Antillas, especialmente).
La doctrina nazi era nacionalista alemán-racista; nada que ver con el cristianismo. De hecho, se produjeron intentos por parte de los nazis (Himmler) de recuperar los cultos paganos, llegándose a erigir santuarios. La Iglesia católica es vista por Hitler en su «Mi lucha» como un potencial adversario del nacionalismo alemán, citando los casos concretos de Checoslovaquia y Austria. En todo caso, esta cita de su libro resume bien su ideario al respecto:
«Para el político, la apreciación del valor de una religión debe regirse menos por las
deficiencias quizá innatas en ella, que por la bondad cualitativa de un substituto doctrinal
visiblemente mejor. Pero mientras no se haya encontrado un tal substituto, sólo los locos y los
criminales podrían atreverse a demoler lo existente.»
Obvia decirse que, para Hitler, el tal «substituto» no podía ser otro que su propia ideología nacionalsocialista.
El antisemitismo católico era religioso; el nazi, racial. Para los curas un judío tenía solución si se convertía al cristianismo; para los nazis no la tenía en ningún caso.
Ah, y al obispo ése dudo que le den esos 2800 pavos por haber violado niños. Se los darán por alguna otra cosa que haya hecho, hombre…
Fantásticas puntualizaciones, tocayo. Gracias 🙂
Hombre, el Obispo no recibe la pensión en concepto de violador. No es una categoría laboral. Pero es la ocnsecuencia de las acciones del mismo.
Te pillan violando menores y la consecuencia es retirarte con la pensión completa de obispo. Y además, con el voto de pobreza hecho. Qué grande 😀
No hay de qué, ha sido un placer. Ah, y la verdad es que la estoy gozando con tu serie sobre el narcisismo; espero impacientemente nuevas entregas…
Saludos.
A ver,
más cuentas pendientes que tengo yo y que tiene este país con la iglesia católica, dudo que las tenga nadie.
Pero sinceramente, y con la mirada puesta al frente, me preocupan más los hijos de puta en vigor que los «has been»
Por cierto, chaval, la serie del narcisismo es cojonuda. Te debo una serie de apostillas, pero voy de ojal. Esto es otra cosa, son veinte segundos.