«It often seems like standing up for dignity, humanity and respect for those without as much power is called anti-business. And yet it turns out that the long-term benefit for businesses is that they are able to operate in a more stable, civilized, sophisticated marketplace.
It’s pretty easy to go back to a completely self-regulated, selfishly focused, Ayn-Randian cut-throat short-term world. But I don’t think you’d want to live there.»
Seth Godin escribe muy bien, esté yo o no de acuerdo con él. Una cosa que me gusta es cómo parece abogar por una aproximación ética a los negocios y el marketing. Y este post suyo, breve como suelen ser todos, me hizo pensar en que, en realidad, ser conservador equivale a estar equivocado siempre. Los anti-business de los que él habla no son diferentes de los cristianos diciendo que el divorcio acabaría con la familia, para después ver que la gente se divorcia y sigue formando familias. Y que los cristianos se divorcian como todos.
Cada vez que se plantea un cambio, el conservador afirma que será el fin: siempre se equivoca, nunca pasa nada de lo que predice. Y al cabo de los años, cuando la sociedad no se desintegró, los negocios nunca se hundieron y los perros nunca copularon con gatos, el conservador se erige en defensor del cambio (que ya es tradición), como si de siempre hubiera sido idea suya. Así puedes ver a enardecidos apologetas del franquismo describiéndose como demócratas de toda la vida, que es lo que hizo Fraga. Fíjate, de decir que la calle era suya a pretender defender las libertades de todos.
Y en realidad da igual, porque lo que importa es que el cambio tiene poca marcha atrás, salvo golpes de estado como los de Irán, y cosas así que son, por suerte inusuales. El PP no derogó a ley del divorcio, ni la de los matrimonios homosexuales. Y cuando gobiernen otros es muy probable que deroguen las medidas reaccionarias que sí han llegado a implantar. En todo el mundo, el progreso moral y social avanza, por más despacio que sea.
Y esto que menciona Godin, aparte de hacerme pensar en que ser equivocado es estar condenado a equivocarse cada vez, también me hizo pensar en por qué esa ideología que ahora se apropiado de la palabra «liberal» (por más que muchos de sus proponentes sean unos carcas conservadores de remate, sobre todo en España y EEUU) me parece algo ridículo bordeando lo sociopático.
Todo lo que somos y todo lo que hemos ganado como especie, todas esas mejores que se atribuyen al capitalismo y especialmente al neoliberalismo, se deben a una mayor voluntad de cooperar entre nosotros. Fenómenos como el voluntariado, la ayuda internacional a damnificados por guerras y catástrofes, y cosas así, eran mucho más raras hace unas décadas o siglos que ahora. La investigación científica, que a menudo no tiene rentabilidad a corto plazo, es posible porque invertimos entre todos para hacerla posible. Las empresas desarrollan cosas nuevas (muchas veces apoyadas en investigación pública) porque contratan a gente que se ha formado en su aplastante mayoría en escuelas públicas (sólo 9 CEO del Fortune 500 son de universidades caras de la Ivy League, y de hecho la mayoría son de la Universidad de Wisconsin), y venden sus cosas usando infraestructuras públicas que no habrían sido posibles sin el dinero y el esfuerzo de todos. No existe el hombre hecho a sí mismo. No existe el valeroso innovador que no debe nada a nadie. Todo eso es mentira.
Ahora mirad con cuánta frecuencia los «pro-business» son conservadores y se definen como liberales, y explicadme por qué deberíamos votar jamás a una gente que considera que si tienes un problema grave lo que tienes que hacer es caerte muerto.
Es cierto. Todos estos que se manifiestan coreando «conservemos la seguridad social», «conservemos las pensiones», «conservemos el estado del bienestar», «conservemos nuestros puestos de trabajo y nuestro poder adquisitivo»… son ilusos reaccionarios, que se oponen a cambios que son irreversibles y para bien.
Buen intento, pero no.
El estado del bienestar, la protección social, el apoyo del conjunto a los desfavorecidos en vez de la mera caridad, es un paso más en un progreso continuo, que irá hacia cosas como la renta básica universal y demás, hasta que un día, probablemente, podamos abolir el trabajo.
Las reformas esas que citas son retrocesos al siglo XIX, al taylorismo de la Revolución Industrial y son muy muy conservadoras. Mucho.
Huy, dar cosas gratis a las masas es algo que ya se hacía en Roma. Y en el siglo XIX ya tienes los primeros estados del bienestar. ¿Sí después de desaparecer las políticas que te gustan vuelven otra vez, será un retorno al futuro? ¿Si desaparecen otra vez será volver al pasado? ¿Y si vuelven, volvemos al futuro? Cosas como la alfabetización han ido y vuelto varias veces, como el Guadaña. ¿A partir de cuántos ciclos empieza a ser una chorrada eso de llamar a lo que te gusta «futuro» y a lo que no «pasado»?
Que algo haya sido anterior o posterior es un criterio un poco tonto para decidir si es mejor o peor. La historia es complicada y se mueve por ciclos.
No sabemos el futuro. Los últimos siglos y décadas han sido Buenos en Muchas Cosas, aunque algunos augures, como Steven Pinker en el tema de la violencia, se equivocan. Pero también han sido épocas de cambios mayores de lo que nunca ha habido. Lo único que podemos afirmar con plausibilidad de nuestras sociedades es que no están en un equilibrio estable, como el que tenían para bien o mal las sociedades de no hace tanto. Sino en una vorágine de cambios. Y que nuestros cambios no fueron predecibles para nuestros abuelos, con lo que a lo mejor nosotros no sabemos qué vendrá. Pongamos el feminismo. Nos gusta, pero ¿durará?
De hecho, no sabemos si los cambios de la historia reciente son buenos, porque no hemos visto sus consecuencias últimas. Como dijo Chou En Lai cuando le preguntaron que qué opinaba de la Revolución Francesa «es demasiado pronto para decir».
Lo que sí sabemos es que nada dura para siempre. Y que si alguna vez llega ese Reino de los Cielos mezcla de Jeremías y Roddenberry que tan inevitable ves con la sola fuerza de tu Fe, si los justos del proletariado vencen a la gran ramera de babilonia en la lucha final… eso, también, pasará. Habrá cambios, siempre los hay, y si todo es bueno, los cambios serán para mal. Las civilizaciones ascienden, las civilizaciones caen y lo único inevitable es la muerte térmica del universo.
¿En qué datos se basa para decir que Pinker se equivoca en el tema de la violencia? ¿Y para decir que la alfabetización ha ido y ha vuelto?