
Bestial artículo que salió hace un tiempo, que da para una reflexión muy muy interesante. ¿Por qué en general los conservadores se oponen más a la ciencia y sus normas que los progresistas? Esto choca con el estereotipo de la izquierda homeopática, amante de las terapias alternativas y cosas de esas. Pero tiene sentido, cuando consideras lo que dice el artículo de Lewandowsky. Aquí el hilo
La hipótesis de Lewandowsky es que las normas de la ciencia y el pensamiento conservador muestran una serie de incompatibilidades entre sí. Vamos a verlas.
Merton propuso en 1942 que la ciencia se basa en un cierto comunismo (en un sentido laxo del término), debido a que la ciencia se mueve por el desinterés, la universalidad (el compartir y difundir el conocimiento) y el escepticismo organizado. Y si nos paramos a pensarlo, esto choca de frente con el individualismo acérrimo, la competencia y la búsqueda del beneficio propio que permea la ideología conservadora (George Lakoff hace una metáfora muy buena de esto en No pienses en un elefante).
Lewandowsky muestra con dos estudios que los conservadores y libertarios son menos favorables a las normas científicas que los progresistas (no se menciona disciplina científica concreta). O sea, que encontramos una tensión que va más allá de que combatir el cambio climático es malo para los negocios. Esta es una explicación que yo mismo he sostenido: a menudo las motivaciones que se esgrimen para no invertir en políticas sociales, de igualdad o incluso de salud (restringir el tráfico en las ciudades, prohibir el fumar en restaurantes y cosas similares) se discuten desde la derecha sobre la base del daño económico.

Mi propia interpretación: Dado que además a menudo los descubrimientos científicos refutan aspectos del orden establecido en cada momento, son más amenazantes. Así que ya se entiende por qué la mayoría de buleros antivacunas, anticambio climático y demás suelen ser más fachas que un Land Rover corto. No es que no haya izquierdistas acientíficos, por desgracia. Pero aquí hay una tensión insoslayable.
Elon Musk ha comprado Twitter. Pues vale. La realidad es que, a pesar de sus grandiosas proclamas de si acabar con los bots y libertad de expresión y demás, no creo que cambie gran cosa, porque en realidad Musk no es muy diferente (si acaso algo más tonto y bocachancla) que los que dirigían esa red antes. No veo cuáles son las grandes diferencias ni en motivación ni en comportamiento salvo que probablemente esto pueda acabar siendo alguna clase de maniobra especulativa o publicitaria. Tanto da. Además, tampoco es que el tío cumpla lo que promete, habitualmente.
Sí que me parece interesante que una de las cosas que anuncia es el acabar con los trolls y demás haciendo que todas las cuentas tengan que estar verificadas, esto es, asociadas a una identidad única. Imagino que la idea es eliminar cuentas B, bots y demás. Aunque yo uso mi nombre y mi rostro y demás, la verdad es que estoy cada vez más a favor de volver al anonimato en redes en muchos sentidos, para la mayoría de las personas. No creo, la verdad, que ese esfuerzo porque todo se haga bajo nuestro nombre tenga para nada un significado bueno para nosotros. En el mejor se tratará de un intento de meternos más publicidad por los ojos más a saco. En el peor, pues uno puede mirar el tema del intento de aumentar la libertad de expresión y ponerse a pensar en los niveles de acoso que eso puede acabar engendrando. Todo el mundo es muy defensor de la libertad de expresión y lo fácil que es bloquear al que te ataca, hasta que tiene que vivir según qué instancias de acoso y lapidación. Y si la idea de este tipo es quitar la casi inexistente moderación de twitter, en nada será irrespirable. Más aún.
Bueno, otra gente más divertida ya ha hecho un resumen.
Internet, además de odio y vitriolo, también está lleno de cosas bonitas. Y una de estas cosas bonitas son las ideas que mucha gente pone para relajarse. Por azares que no recuerdo ahora, he acabado encontrando que la compañía británica de trenes National Rail tiene un canal de youtube donde puedes ver vídeos relajantes de trenes circulando por diferentes paisajes, desde el punto de vista del conductor, a veces con música tranquila y otras sencillamente con los ruidos propios del mismo. Y oye, es una pasada de bonito. De hecho, mantienen un streaming 24/7 con cámaras montadas en el exterior de trenes. A gozarlo.
No conocía tu blog, me encanta, gracias!
¡Gracias a todo!