Miguel Artime (o Maikelnai, de cuando usábamos nicks) ha publicado en su blog de Naukas un artículo llamado «Cómo convencer a alguien cuando los hechos fallan»(1). Es un muy buen artículo, muy recomendable. La bibliografía que propone es imprescindible para entender cómo funcionan esos fenómenos, y las recomendaciones de Michael Schermer que cito a continuación también son buena práctica. Mis comentarios, en cursiva.
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Mantener las emociones al margen durante el debate. Mantener la calma puede ayudar a la otra persona a mantenerse tranquilo, y evaluar más lentamente tus argumentos y, sobre todo, los suyos.
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Discutir, no atacar (nada de ad hominem ni de ad Hitlerum). En el momento en el que la atacamos, se cierra en banda.
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Escuchar atentamente y tratar de articular la posición del contrario con precisión. Charlie Munger dice que para poder tener una opinión en un sentido, primero ha de ser capaz de argumentar la posición contraria al menos tan bien como sus defensores. Si tu adversario ve que entiendes su postura al 100% y aún así la puedes refutar, serás más persuasivo. Karl Popper (el filósofo) era muy conocido por esta forma de argumentar.
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Mostrar respeto.
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Reconocer que entiendes por qué alguien puede sostener esa opinión. La gente no cree cosas raras por ser imbécil ni por estar loca, sino porque razonan correctamente desde premisas falsas. Pero si sus premisas fueran verdad, el razonamiento podría ser sólido.
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Tratar de mostrar que los hechos cambiantes no implican necesariamente cambios en las visiones del mundo.
Hace ya un buen tiempo que yo traté estos temas en diferentes conferencias, que merece la pena rescatar al hilo de este tema y que os coloco aquí para cuando tengáis un buen rato disponible (son vídeos largos). Que ya, que es muy de vagos hacer una entrada en la que uno sólo enlaza una pila de vídeos, pero bueno, aquí me paso varias horas explicando en primer lugar por qué tendemos a ver cosas que no están ahí (como consecuencia colateral de nuestra capacidad de ver patrones en todas partes), y luego por qué esas creencias son tan resistentes a la evidencia que las desconfirma.
En primer lugar, tendemos a seleccionar vía sesgo de confirmación sólo aquellas evidencias que parecen apoyar lo que buscamos. Si ya tenemos una idea preformada, tendemos a fijarnos sólo en una parte de la experiencia. Ese rasgo es tan universal que es lo que da nombre al blog, de hecho.
En segundo lugar, cuando se presenta evidencia contraria a nuestras creencias nos sentimos amenazados por un fenomeno llamado disonancia cognitiva. La disonancia cognitiva es la ansiedad o incomodidad de albergar dos ideas incompatibles, que nos motiva a tratar de resolver esa contradicción de alguna manera. A menudo esa manera, en este caso, es rechazar la evidencia que se presenta en contra como producto de una conspiración, o racionalizarla, o incluso llegar a decir que si no hay pruebas es precisamente la prueba de que esas evidencias han sido ocultadas.
En fin, sin más os dejo con los vídeos, y así los podéis ver durante la semana.
«Paranormalidad: por qué vemos cosas que no están ahí», en Madrid (Escépticos en el Pub) en 2011.
[youtube=»https://www.youtube.com/watch?v=11AclyG3S0I»]
Aquí tenéis el podcast con la entrevista que me hicieron justo antes de la conferencia anterior, en formato youtube:
[youtube=»https://www.youtube.com/watch?v=jwxM2rjisZs»]
«Cuando falla la profecía: por qué demostrar que algo no es real no sirve para nada», en Escépticos en el Pub en Madrid, en 2013. Esta es algo más breve.
[youtube=»https://www.youtube.com/watch?v=UM-reB_yFwc»]
Aquí hay un vídeo notablemente más largo, en dos partes, con la misma charla («Cuando falla la profecía»), en Escéptics al Pub de Barcelona, en 2014.
[youtube=»https://www.youtube.com/watch?v=G5bHgEmM0lI»]
[youtube=»https://www.youtube.com/watch?v=K5pUawBqzWA»]
Soy alguien que lee mucho, e intento ponerme en el zapato ajeno para comprenderle. Por esa actitud me veo frecuentemente ante «disonancias cognitivas». Algún consejo de cómo afrontarlas correctamente? ( no he visto los videos aún)
En principio, no hay por qué preocuparse. Es normal que al intentar entender a otros que piensan muy diferente sintamos disonancia. Lo que cuenta es qué hacemos para resolverla, el sentirla, en sí, es normal.