Ayer encontré este artículo (1) que me puso los pelos como escarpias, y he decidido hablar (una vez más) del tema del psicoanálisis, la más antigua y prominente de todas las pseudoterapias que siguen floreciendo y tratando de meterse bajo el paraguas de la psicología.
Frederick Crews ha escrito «Freud: The Making of an Illusion», una obra en la que desvela hasta qué punto lo que ya se sospechaba o sabía es cierto. Más de 40 años de investigación y 11 de escritura, desde que, igual que Aaron Beck cuando desarrolló la terapia cognitiva, pasó de ser psicoanalista a desengañado de la secta. Muestra de qué manera Freud y sus editores falsearon y manipularon datos, testimonios, mintieron sobre casos resueltos e hicieron lo necesario para seguir ganando dinero a costa de ese invento que es el psicoanálisis.
A día de hoy, ninguna terapia psicoanalítica se cuenta entre las terapias apoyadas por la evidencia, recopiladas por la división 12 de la APA (2). Sólo aparece la terapia psicoanalítica para el trastorno del pánico, y como podéis ver, su estatus es «controversial», o sea, la evidencia no es concluyente. Esto es lo mejor que han podido hacer en más de un siglo, estos vendehumos.
Cito al magistral Jorge Tamayo:
La misma Asociación Psicoanalítica Internacional en el 2002 afirmó: "No hay un estudio que permita concluir que el psicoanálisis sea eficaz en relación con un placebo activo u otra forma de tratamiento".
— Jorge Tamayo (@JorgeMTamayo) March 13, 2018
Es que ni ellos mismos lo creían en 2002.
Pero el artículo va más allá. Crews ha tenido acceso a correspondencia de Freud con su prometida, Martha Bernays, y es escalofriante.
Freud era un cocainómano:
Cuando la cocaína le causó necrosis de la membrana nasal, lo trató aplicando más cocaína. Lo prescribía como panacea para todo. La usó para tratar la adicción de un paciente a la morfina, y lo dejó adicto a ambas cosas. Y entonces afirmó que el tratamiento había sido un éxito. Y en sus informes se refirió a otros casos exitosos que nunca existieron.
Freud participó junto con su mentor Charcot, al que adoraba como un cultista a su gurú, en sádicas prácticas con los enfermos del manicomio de Salpêtrière. Maltrató pacientes, especialmente a las mujeres, dado que era un misógino. Los trató con tratamientos que sabía que no funcionaban, y luego pretendió haber dejado de usar esos tratamientos mucho antes.
Se inventó el trastorno de histeria, un problema que, casualmente, sólo tenían personas ricas, mayormente mujeres, y que era adecuadamente incurable, de modo que pudiera sacarles el dinero sin límite. Cuando luego se descubría que algunos pacientes tenían problemas orgánicos que causaban sus síntomas, siguió insistiendo que la histeria era una de esas causas. Los hacía visitarle varias veces por semana, durante años. Admitió que, probablemente, nunca había curado a nadie.
Sobre el caso más emblemático narrado por Freud, el caso de Anna O:
Uno de los casos fundacionales del psicoanálisis, el prototipo de cura catártica, fue el caso de “Anna O”, descrito en un libro de Breuer y Freud. Dijeron que se había recuperado tras el tratamiento de Breuer, pero no era cierto. De hecho, empeoró y tuvo que ser hospitalizada. Tras dejar el tratamiento psicoanalítico, mejoró por sí sola y consiguió llevar una vida exitosa como activista contra la prostitución y la trata de personas. ¡Esto fue interpretado en términos psicoanalíticos como una manera de desear inconscientemente que su madre tuviera relaciones sexuales con su padre! Probablemente ni siquiera tenía una enfermedad psiquiátrica, sino una neurológica, y muchos de sus síntomas fueron causados por la adicción a la morfina que Breur le inflingió. La interpretación del caso de Freud contradecía los hechos: o bien mentía, o alimentaba su propio delirio.
Una vez Freud le dijo a una paciente que su tos era causada por el deseo inconsciente de hacerle una mamada a su propio padre.
Los editores de Freud colaboraron en mantener sus mentiras, eliminando o distorsionando pasajes en su obra que podían dejarle mal. De la correspondencia de Freud con Fliess (289 cartas) sólo 168 fueron representadas en la obra, y todas menos 29 fueron alteradas.
En correspondencia con un amigo, le dice:
He told a friend, “we do analysis for two reasons: to understand the unconscious and to make a living…we certainly cannot help [the patients].”
(Hacemos análisis por dos razones: entender el inconsciente y ganarnos la vida… ciertamente no podemos ayudarles).
Freud creía en lo paranormal, la numerología, el ocultismo, los sueños como medios mágicos de entender la mente, cuando en realidad se inventaba cada vez un significado nuevo, pero siempre sexual. La mujer de Freud consideraba el psicoanálisis una forma más de pornografía.
El código deontológico de los psicólogos dice claramente:
“el/la Psicólogo/a no utilizará medios o procedimientos que no se hallen suficientemente contrastados, dentro de los límites del conocimiento científico vigente” (art. 18).
El psicoanálisis no es un procedimiento contrastado. No lo ha sido en más de un siglo, y probablemente nunca lo sea. Sabemos a ciencia cierta que está basado en falsedades, en inventos de un tipo que quería mantener su medio de vida y su adicción a meterse cocaína. No hay ninguna razón válida para practicar psicoanálisis, como no la hay para la terapia gestalt, la bioneuroemoción, las constelaciones familiares o cualquier otra chorrada que pretenda meterse bajo el paraguas de la psicología.
Sólo hay una psicología, que es la que usa el método científico. Si no usa el método científico, no es psicología, del mismo modo que si no sigue el método científico no es química, sino alquimia.
Y hay mucha, mucha gente, practicando esta patraña. La Sociedad Española de Psicoanálisis se fundó en 1959, y Barcelona, donde yo vivo, tiene a más de 300 de estos charlatanes practicando esta pseudoterapia sin control alguno. No sé cuántos habrá en todo el país, pero los que sea, son demasiados. Para más insulto, recientemente el COPC aprobó la creación de una comisión de psicoanálisis, integrando la charlatanería en su propia estructura, en contra de su propio código deontológico (3). Y bueno, aquí tienen que ser psicólogos o psiquiatras. En otros países, como Argentina, para ser psicoanalista basta con unos estudios de 3 años, que culminan con te haces una paja por escrito que se llama autoanálisis, y si tu tutor lo aprueba, pues ya puedes meterte a joderle la vida a la gente.
(CORRECCIÓN: Me informan que según parece, desde hace unos años el título en Argentina se obtiene como posgrado, requiriéndose un título universitario – cualquiera – para poder cursarlo. Tampoco es que mejore, pero bueno).
En fin. Esto no convencerá a los ya persuadidos de que el psicoanálisis no tiene valor. Ayer mismo un tipo en Twitter recurría a todo tipo de contorsiones mentales en una discusión conmigo y otros compañeros para justificar que es psicólogo y hace psicoanálisis, porque evidentemente no te vas a reconocer a ti mismo que lo que haces es una estafa. No espero que una obra como la de Crews haga que nadie que se ha autoconvencido de que el psicoanálisis vale de algo cambie de idea.
Pero este post lo escribo para el que no sabe, para el que duda, para el que se ha planteado recurrir a un psicoanalista porque asume que la psicología es eso, porque lo ha visto en películas, porque como un cáncer se ha propagado por nuestra cultura. Para que sepa que si entra en un despacho, pregunte, y si el psicólogo hace psicoanálisis, que se marche. Allí y en ese momento.
Hola, recién estoy siguiendo tu blog, me parece muy bueno, correcto y esclarecedor. Felicitaciones ! Sólo aclaro que en Argentina (donde vivo) la carrera de grado (licenciatura) de Psicología dura 5 años. Con ese título basta para ejercer la profesión. Lamentablemente la mayoría de los psicólogos/as aquí se forman bajo la currícula académica psicoanalítica (con Lacan a la cabeza), a excepción de mi terapeuta 🙂
Saludos!
Yo estoy en total de acuerdo con la nota, hasta tal punto que si mal no recuerdo la ciencia ortodoxa, el método científico, en fin, la ciencia imperante oficial y muy científica, alrededor del 1400, (no hace mucho de todo esto) pensaba que la tierra era plana, un poco de más humildad, no nos vendría mal a nadie, gracias.(por si acaso, todo lo escrito es una ironía)
Artículo basado en lo que supuestamente dijeron otros, que dijeron otros… Gente que opina del Psicoanálisis sin siquiera haber leído una obra de Freud. Además no comprendo como una persona con tremenda adicción a la cocaína puede desarrollar una obra de tales características y, por otra parte, si el fin hubiese sido netamente económico, por qué el Dr. Freud no desarrollo una fortuna incalculable… Lo que termina siendo gracioso es que quienes tienen tanta aberración por el Psicoanálisis deberían buscar las causas en su inconsciente. Saludos desde Bs As – Argentina.
No te has enterado de nada, pavo. Pero de nada.
Tanto Crews como yo hemos leído extensamente lo que comentamos. Si no fueras así, podrías señalar lo que es falso. Pero no puedes. Crews ha dedicado décadas a investigar esto.
Y el inconsciente no existe, como ah demostrado la evidencia que muestra Chater en The Mind is Flat. Cateto.
El psicoanálisis es un bluf, y Freud un cocainómano.. No como lo mío. Lo mío no es una maría seudocientífica sino una cencia esazta de la mente… Casi, casi como la neurología… Señores, soy un hombre de ciencia, no ven lo arrogante y maleducado que soy?
Qué freudiano todo en el fondo!
Ay pobre.
Ramón, buenos días.
Puedes dar una opinión o remitirme a alguno de tus hilos o artículo para conocer la teoria del apego en cuanto se enmarca dentro de lo psicoanalítico?
Muchas gracias,
Juan.
La teoría del apego no tiene nada que ver con el psicoanálisis y no se enmarca en ello, Juan. Un abrazo.
Que susto, soy adicto estoy en una unidad en la cruz roja en terapia. y me dijeron algo del apego, pense que era psicoanalisis. Me tranquilizas.
Una de las hijas de este señor se debe llamar María Evidencia. Su estilo chulesco de sobrado, que se puede ver en casi todos los artículos, en los que desprecia o se ríe de alguien porque no sabe, maldice o se cabrea, no invita nada a sentarse frente a él para que te escuche y ayude a gestionar tus problemas. Con más humildad y asertividad sería un gran psicólogo. Lo bueno es que si quiere, eso lo puede cambiar, seguro que la teoría se la sabe 🙂
Mis hijas se llaman Mònica y Valèria. La humildad y la asertividad no incluyen reírles las gracias a catetos que vienen a presumir de ignorancia.
La humildad y la asertividad tienen que definir al buen terapeuta y al buen profesor, y me consta que eres o crees ser algo así. Como profesor parece que tienes más cualidades. Con ambas puedes responder con solvencia a quienes creas que están equivocados, incluso a los estafadores. Cuando necesité un psicólogo, leí mogollón de blogs, webs y currículums. Unos mejores, otros peores, pero sinceramente, si hubiera dado con el tuyo, no me habría sentido predispuesta a solicitar tu ayuda. No hay que estudiar psicología para saber que tienes un carácter ¿o actitud? agresivo. No sé si será un exceso de conocimiento, de ego, de masculinidad, si es que estás acostumbrado a mandar en todos los ámbitos de tu vida y crees que puedes expresarte así a coste cero, si es que algo te frustra y no sabes cómo afrontarlo o si es que simplemente te divierte. Vocabulario y estilo agresivo, poca asertividad, cierta frialdad…En consulta, me costaría contarte mis debilidades y problemas, porque pensaría, quizá me equivoque, que te van a parecer ridículos, que te van a aburrir o algo así. Ahora, como literato y show man eres entretenido, de eso no hay duda. Y tus asignaturas seguro que están llenas. Tendría que haber comentado esto mismo en otro hilo, quizá te entrase mejor y te lo tomases más en serio, porque en este parece que vienes calentito. Me has recordado a Spiriman, el médico youtuber que se ha puesto de moda y que anda despotricando por la red.
Es cierto que no me incumbe, pero espero que con tus hijas no uses las técnicas del calambre a la rata.
Yo lo único que veo es que te gusta mucho psicoanalizar a gente que no conoces y que no tienes idea de terapia de conducta.
Y no, no estoy calentito, ni lo estaba cuando escribí esto, hace un tiempo. Malamente.
Psicoanalizar, estás obsesionado! No me gusta nada psicoanalizar, porque no tengo ni idea de psicoanálisis ni de terapia cognitivo conductual. Basicamente porque estudié sociología y arquitectura…Te hablo como paciente-cliente de varios psicólogos (psicólogos no chamánicos) y como lectora de un blog en el que se anima explícitamente a comentar. De lo poco que he estudiado en la carrera de psicología (psicología social y algo más) me quedo con tu corriente, sin saber mucho. Y por descontado que me parece una magufada el psicoanálisis, la gestalt y la homeopatía. Tonta tampoco soy, y no hay que ser psicóloga para ver un poquito más allá. Podrías agachar las orejas y reconocer tu falta de humildad, asertividad y tu frialdad, pero en vez de eso, patada a la puerta y huida hacia adelante.
Puestos a pedir asertividad, humildad y demás, podrías reparar en que tu primer comentario reúne muy pocas de esas características y un montón de cuñadeces.
Yo no soy psicólogo, en mi oficio la asertividad y la humildad son importantes, pero nada que ver con el tuyo. No escribo páginas y páginas en un blog de psicología. Todos decimos cuñadeces, pero no somos solo lo que decimos. Por eso estoy segura de que tu no eres solo como te muestras en el blog. Pero, por como te muestras, pareces una especie de Spiriman, de Frank de la Jungla, de Ristro. Tu actitud es reiterada. Descalificas, Ramón, ¿te sientes herido por algo?. Acusas de acudir a lugares comunes…Argumentos pobres, con lo poco que te costaría y la mucha razón que ganarías si simplemente dijeses «efectivamente, lo que comentas es una de las cosas que estoy tratando de mejorar» ¡que te diga esto una arquitecta!…
Te pones en evidencia, Ramón. Yo no se NADA de psicología, pero no hay que ser genio para ver esto. Actitud agresiva y a la defensiva. ¿Quien se va a sentir en confianza contigo si te muestras al público de esa manera? ¿Cómo vas a ayudar a la gente a cambiar si no se sienten en confianza, cómodos? ¡Hasta una piedra tiene más tacto!
Tus alumnos, tus hijas, tu pareja o tu parejo, necesitan más cariño, más contacto y comprensión por tu parte…
«hay muchos catetos que hablan sin saber» «mierda, joder» «la evidencia, la ciencia, la verdad, el método (yo, yo, yo)» «crees en mierdas» «contrata mis servicios»…
Por tu reacción, parece que una miserable arquitecta te está retratando bien sin haber pedido cita y sin ser psicóloga ni estafadora, sin haber estudiado psicología y sin cobrar…
Por tu gente cercana, cambia ese pequeño aspecto de tu vida y serás un tío de puta madre.
No digas tonterias, es mucho mas de fiar que tu, y te lo digo yo un ignorante total en psicologia que se mueve por intuicione. Respira honradez y trabajo.
Me refiero a que Ramon es mejor que tu es mas honrado y tabajador no tiene malicia ni mal corazon.
Gracías por tu respuesta Ramón.
Estoy leyendo «Apego y motivación, una lectura psicoanalítica» de Mario Marrone.
Ahí explica que se encuentra dentro del paradígma psicoanalítico.
En otra obra del mismo autor, «Teoria del apego, un enfoque actual» se expresa lo mismo con diferentes palabras, es por eso que te pedía opinión.
Desde siempre he estudiado TCC y, por suerte he podido acudir a terapia como paciente para comprobar sus efectos. Con el tiempo, me interesé por el psicoanálisis relacional. De momento me está resultando francamente útil, si bien no como para modificar de pleno mis intervenciones, si para enriquecerlas con pinceladas que de la teoría extraigo.
No podría decir que comparto la intensidad con la que criticas al psicoanálisis, pero si considero que tu blog es interesante, útil y hace bien en ser reivindicativo. Estoy al día de tus publicaciones (muy chula la presentación del libro). En terreno de nadie, como puedes ver.
No siento respondida (del todo) mi pregunta anterior, insisto en ella. Asimismo, te pregunto: ¿Hay alguna referencia actual sobre terapia cognitiva que te haya resultado especialmente interesante?.
Muchas gracias y un saludo,
Juan.
PD: espero que no se haya publicado más de una vez este mensaje, no me va muy bien el servidor.
Hola, Juan.
La verdad, me parece que pretender meter la teoría del apego de Ainsworth y Bowlby en el psicoanálisis sería más bien un caso de apropiación. Fíjate que estos investigadores desarrollan su teoría en base a observaciones meramente conductuales, pero no las relacionan en ningún caso con conceptos psicoanalíticos. Ojo, esto tampoco la hace una teoría conductista, claro. Es un poco su propia teoría. Por supuesto, un psicoanalista podría tratar de explicarlo desde su punto de vista, y la conducta de apego puede analizarse funcionalmente. Pero yo creo que el ponerla como teoría psicoanalítica es tan incorrecto como el ponerla en una teoría conductual.
Por otro lado, las terapias cognitivas están, en mi opinión, siendo reinterpretadas de modo conductual en los desarrollos de las terapias contextuales, que analizan las cogniciones como una conducta verbal más. Te puede interesar mucho la Psicoterapia Analítica Funcional de Tsai, que trata de crear una definición de»yo» desde un punto de vista conductual, y creo que es la que más de cerca recoge el testigo de la terapia cognitiva.
Es necesario recordar que terapia cognitiva =/= psicología cognitiva. El nombre de cognitiva le viene de dedicarse sobre todo a modificar las cogniciones (conducta verbal privada) del cliente, pero no viene de la psicología cognitiva que estudia cómo procesamos información.
Un fuerte abrazo.
Hola, Ramón. esta gente que tanto te critica padece el síndrome del patito de goma, Por más que les hundas sus «argumentos» ellos persisten. Lo de llamar a ARP secta es muy bueno, pero que lo de Sokal era un malentendido, me ha hecho reir a carcajadas.
Sigue así. Hay que desenmascararlos. Yo tuve un rifirrafe con un autor de «curación cuántica» , hasta que sus editores me pidieron que me fuera porque les jodía las ventas. Creo que no es un tema de creencias, tan solo es el dinero.
Gracias por las referencias bibliográficas que aportas.
Saludos
Un abrazo, Juan.