
Cada tanto tiempo aparece un pánico moral refrito de los anteriores, con la calidad y la consistencia de una empanadilla que has frito en un aceite utilizado demasiadas veces. Pasa con el porno, pasaba con el cine de acción, pasa con los videojuegos. Y se tiene que decir: jugar videojuegos no tiene asociadas consecuencias negativas. De ninguna clase. Por supuesto, una persona puede hacer un uso problemático del porno, los videojuegos, o el coleccionismo de sellos. Quizá obtiene de esa conducta algo que no obtiene de otro modo en su contexto. Pero no hay nada en los videojuegos en sí que sea «problemático». Las personas diferenciamos la fantasía de la realidad. Sabemos que cuando jugamos a reventar enemigos a escopetazos esa es una conducta que tiene sentido en un contexto (imaginario), no en la vida real, porque gilipollas del todo tampoco somos. Sí, hay asesinos en masacres de instituto estadounidense que jugaban a videojuegos, igual que los miles y miles, millones, de estudiantes que juegan y mucho a videojuegos y no matan a nadie. Así que por la enésima vez: la adicción a los videojuegos no existe como entidad diagnóstica, los videojuegos no son en sí adictivos (no son como el juego de azar o ciertas sustancias) y podéis dejar de dar el coñazo con ello.
¿Habéis notado que el tweet que cito ahora tiene casi exactamente un año de antigüedad? Ese es mi tiempo medio de respuesta. Me pego un tiro.
De hecho, por ejemplo, hay pruebas de que jugar correlaciona negativamente con delitos contra la propiedad o delitos violentos. Por ejemplo, la prueba está aquí.

Al final, lo importante es entender escuchando al que sabe más que uno. Y en este campo, el de las adicciones, mi persona de referencia es José César Perales, que además es un tío cojonudo y una persona que da gusto conocer. Si queréis saber más sobre lo que es una adicción y lo que no es, a él es a quien hay que escuchar. Es tan bueno saber como conocer al que sabe. Esta charla que da es canela.
Vía @HugoIzarra me he encontrado con esto, en la app de Libros de Apple. Y yo qué sé ya qué decir. Ojalá lo supiera. Me cuesta creerlo. Dos años después. Sólo puedo daros las gracias. Ojalá el segundo os guste tanto como el primero, y, por cierto, una pequeña noticia: habrá audiolibro de ambos libros, y quizá (no es seguro aún) los acabe grabando yo. Y el primer libro ya se ha traducido y se va a vender en China. Yo qué sé ya. El mundo es un sitio extrañísimo. Pero no seré yo el que discuta con el mundo. Por ahora, esto está bien.

La semana pasada estuve en Madrid y he conseguido, entre Madrid y Barcelona, tener tres encuentros con colegas del llamado Psicotwitter en tres días, incluyendo conocer a Edu Polín, alguien a quien admiro enormemente, tanto como a su hígado. Hay muchas cosas negativas en las redes, pero conocer y aprender de gente como esta es una de las mejores cosas que te pueden pasar.
He acabado una temporada absolutamente infernal y no dejo de pensar en lo que escribe Byung Chul-Han sobre la autoexplotación. En fin, uno siempre tiene buenos referentes y buenas anclas para recordar parar y dejar esa rueda de hámster.
Os acabo de encontrar vía meneame. Como psicólogo clínico y padre me parece muy interesante lo que publicáis. Gracias.
¡A vosotros!
Hola,
otra adicción que tienen preocupados a los padres es supuestamente la adicción a los móbiles o el tiempo que están pegados a la pantalla
Que opinas
Muchas gracias por tu aportaciones
A ver, que por poner un post sobre ese tema me amenazó un nota con una querella XD Aprendí mucho de aquello.
En corto. Puede haber mal uso del móvil, los videojuegos o lo que sea. No existe la adicción a los móviles.
Saludos cordiales
Interesante lo que comentas.
Te comparto lo siguiente:
La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó la nueva Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-11), en la que se incluye por primera vez la adicción a los videojuegos como un trastorno mental.11 feb 2022.
Me gustaría escuchar tu posición al respecto.
Si no recuerdo mal, lo que incluye es la propuesta tentativa de crear la categoría diagnóstica en una siguiente edición más que crearla en sí, pero vamos, el DSM-V ya incluye una categoría diagnóstica de trastorno por tener un duelo demasiado largo, que está basada en cero evidencia, así que da igual.