
Cuando me metí en el proyecto de escribir Por qué creemos en mierdas, nunca pensé que acabaría en contacto con gente tan interesante como la que he acabado conociendo. Y, especialmente, gente que ha pasado por la experiencia de estar en una burbuja radicalizada, en una secta, en un grupo de gente que cree en cosas delirantes y alucinantes. Ya puestos a pensar en gente que cree cosas absurdas, pocos grupos más concretos que los neonazis y los extremistas políticos.
David Saavedra pasó veinte años militando en grupos neonazis, y consiguió salir. El proceso de cómo se radicalizó y de cómo acabó por abandonar esas creencias es un claro ejemplo de las cosas que intentaba yo explicar en el libro. Encima, para más casualidad, David ha leído mi libro y lo ha disfrutado enormemente.
Los chicos de enGrama y los de Conducteam se aliaron para venir a Barcelona y grabar una serie de entrevistas, con gente entre otros como Ramón Bayés. Me propusieron hacer en persona algo que habíamos hablado de hacer online pero que por problemas de agenda no habíamos podido: sentarnos con David Saavedra para que nos contara su proceso de radicalización y desradicalización, y a la vez ir dando apuntes de cómo se podía explicar eso desde la psicología. Y claro, tuve que decir que sí.
Aquí podéis encontrar el vídeo, casi dos horas de una de las conversaciones más interesantes que he tenido en todo el tiempo que he pasado como divulgador. La portada estilo Sálvame no fue idea mía. Tampoco sé qué pollas pinta el fantasma de la sábana pero yo dejé de entender cosas hace tiempo, me estaré haciendo mayor.
Si os interesa leer el libro, pero no estáis seguros, aquí tenéis la reseña que le hice cuando me lo leí. David me lo trajo firmado y me lo devoré tan pronto pude.
El otro día encontré un artículo en The Guardian donde la autora hace un repaso de su vida en redes sociales, habiendo sido una usuaria muy activa de Twitter y Facebook. Y el artículo está lleno de gemas muy bien escritas, siendo una pieza fundamentalmente humorística y cómica. La verdad es que me sentí muy unido a algunas de las cosas que comentaba, y que destaco aquí:
- Twitter envejece más que tomar el sol. Pelear con emoticonos acerca de temas serios acaba en eso.
- Siempre me estoy divirtiendo en Facebook – diversión pública para consumo público. Esto también se conoce como mentiras.
- A veces publico emociones reales en Facebook, pero siempre borro los posts cuando la tormenta ha pasado. Parecen extraños – vulnerables – porque son reales y estaban dirigidos al mundo, ¿y qué pasa si al mundo no le importa un carajo si tienes depresión posnatal? Publiqué que estaba colocada cuando me rompí el tobillo. Había tomado un montón de gas de la risa – tanto, que me pegué en la cara, riéndome. Me reprendieron y suavemente me empujaron de vuelta a la realidad tal y como le gusta a Facebook. Facebook es una carrera por la perfección y por lucirte frente a gente que no es realmente tu amiga, porque no tienes tiempo para ellos porque estás en Facebook.
- Es como el pozo de agua del pueblo, pero no hay gente, ni cubos.
- Si algo tiene forma, para mí, tiene valor, y no puedo ver ninguna forma online. Es infinito e incontrolable. Una amistad online no se siente, para mí, como amistad. Es como un contacto que siempre retrocede.
- Si Facebook sirve para mentir acerca de que eres feliz, Twitter es para mentir acerca de tener razón. Es agotador.
- No ha sido una maravillosa carrera online. Ahora desearía, habiéndola revivido, que no la hubiera tenido. Pensaba que parecía ser inteligente y vagamente misteriosa, pero en verdad era una judía chillando sus lemas de política de centro-izquierda convencional (ahora llamada ultraderecha), que posa con Jabba el Hutt y Jimmy Savile, sonriendo.
El resto del artículo aquí: Truly, madly, tweetly: Tanya Gold’s other life online | Social media | The Guardian
En la entrevista con los chicos de enGrama no quise hablar de la guerra de Ucrania. No quiero hablar de la guerra de Ucrania. No tengo la información ni el conocimiento para opinar. Es algo absurdo y terrible en donde estoy convencido de que los ciudadanos no sabemos nada de lo que está pasando y, es más, mucho de lo que sabemos es seguramente falso. Creo que, como suele ocurrir en estos conflictos, la guerra no empezó ahora con la invasión (de la que Putin es el único responsable), quizá empezó con los horribles sucesos de 2014 en el Euromaidan cuando la OTAN y la UE pensaron que era una idea excelente apoyar y financia a los nazis en Ucrania y en otros sitios, o quizá empezó en los 90 con la disolución de la URSS, o en 1945 con el final de la Segunda Guerra Mundial. No lo sé. Sólo veo que muchas personas van a morir al servicio de gente repugnante en ambos bandos y eso me pone furioso.
Esto se predijo hace mucho. En 1994, de hecho. Por favor, ahorradme los estúpidos comentarios de que si criticas el papel de la OTAN y la UE por apoyar a los nazis o por llevar a cabo maniobras expansionistas que iban a ser percibidas como agresión por Rusia, es porque eres pro-Putin. Putin es un criminal, un dictador y me da asco. No hablemos ya de la imbecilidad de señalar a Putin como comunista. Me da muchísima fatiga esto.
ESTATUS
Leyendo: Me leí las 7 grapas disponibles del Batman y Catwoman de Tom King y oye, maravilloso. Me acabaré la colección. Además de eso, Memorias de un exnazi, como ya decía antes, y muy sangrante Primavera para Madrid.
Escuchando: Los Scorpions sacaron un disco muy majo de versiones propias y ajenas llamado Comeblack en 2011. Me gusta mucho.
Viendo: Quiero ver The Batman. Qué sorpresa. También estamos con la tercera temporada de Snowpiercer, que es entretenida.
Jugando: He empezado Deathloop. La premisa es muy muy original. Me recuerda a Dishonored, y eso siempre es fantástico. Un juego en el que tienes que asesinar a una serie de científicos locos para romper una especie de Día de la Marmota, y donde cada vez que mueres vuelves al principio del bucle, recordando la información que has adquirido, y perdiendo todo lo demás.
Algo así como una excelente panorámica… echar un vistazo al puerto de atraque, antes de saber si realmente interesa atracar… pero noto un virus terrible en esa especie de «odio clandestino» ( «entrevista con la vampira» del The Guardian) a todo lo que significa una red social, sea la que sea y sea en el contexto que sea… en fin, saludos por demostrar que se aprende, incluso de un posible algoritmo…
La verdad es que no entiendo muy bien lo de la vampira del Guardian.
Aqui Pablo Malo hace referencia justo al tema principal de la charla con David Saavedra
Pablo Malo @pitiklinov
«Un hombre con convicciones es difícil de cambiar. Dile que no estás de acuerdo y se apartará. Muéstrale hechos o cifras y cuestionará tus fuentes. Apela a la lógica y no entenderá lo que quieres decir…
https://twitter.com/pitiklinov/status/1632735263788072960?s=20