Llevamos unas cuantas entradas aquí a tope, con el tema de cómo nos saboteamos la vida. He desperdiciado un montón de ancho de banda en explicar que:
- No cambiamos hasta que no tenemos un por qué de verdad para ello, aunque sepamos cómo hacerlo.
- A menudo nos ponemos a obsesionarmos con la dimensión global de lo que queremos conseguir, en vez de centrarnos sólamente en el siguiente paso a dar, y convertirlo en un hábito.
- En nuestras relaciones, fracasamos porque mentimos sobre lo que queremos de verdad para parecer menos egoístas, y no pedimos ayuda cuando la necesitamos.
- Encima, nos creemos que podemos cambiar y añadir nuevas conductas sin tener en cuenta el coste porque cada aspecto de nuestra identidad consume tiempo, y es un juego de suma cero. Para ser mejor en A, tengo que dejar de dedicar tiempo a B, y si no lo tengo claro, lo voy a echar mucho de menos.
- Nos mentimos a nosotros mismos acerca de lo que queremos, confundiendo las verdaderas intenciones que tenemos con cosas que nos molaría que pasaran pero que pensamos que no somos responsables de lograr.
Vamos a hacer una prueba muy sencilla, inspirada en el fenomenal libro de Laura Vanderkam 168 horas: tienes más tiempo del que crees. Es fantástico, es sobrio, y es una de las inspiraciones de esta serie. Será breve, y pondrá lo que hemos estado contando en perspectiva. Va en serio, intentad hacerlo, por favor. Nadie lo verá.
Primero: coge un papel y un boli. Escribe, resumidamente, lo que hiciste ayer. No hace falta que te pongas megadetallado, no escribas si cagaste o comiste. Sé completamente honesto, sólo lo vas a ver tú. Igual es algo así.
9:00-18:00: trabajar.
18:00- 20:00: mirar internet, hacer el ganso en facebook, cosas de casa, recados.
20:00 – medianoche: ver TV, ¿leer? (venga ya).
¿Lo has hecho? Toma un hotcake.
Segundo: en otro papel escribe las 5 cosas más importantes en tu vida, más o menos en orden de más a menos importancia. Podría ser algo así como:
- Cuidar de mi familia y amigos.
- Mejorar en mi trabajo.
- Encontrar el amoooooorrrrrllll.
- Mejorar el mundo.
- Perder tosino.
Una lista estupenda. Si la encabezaras con las palabras «Yo creo en…» tendrías una estupenda Filosofía de Vida. Si luego fueras a un concurso de misses y alguien te preguntara por tu filosofía vital, o te entrevistaran en la Contra de la Vanguardia, podrías decirlo. Y quedarías muy molón.
Tercero: Coge la primera lista de cosas que hiciste, y reordénala de más a menos tiempo invertido en cada cosa. Así para la persona del ejemplo la cosa quedaría como:
– Trabajar
– Ver TV / leer
– Mirar internet, recados de casa.
Escribe al principio de la nueva lista «Yo creo en…» Coge la 2ª lista y límpiate el ojete con ella porque es mentira, no es relevante, no importa. ¿Cómo? ¿Que me equivoco? ¿Que esas cosas son importantes para ti? ¿Y cómo es que ninguna de ellas aparece en esta nueva lista? Coge esta tercera lista y mírala. Mírala bien.
Felicidades, esa es tu verdadera filosofía de vida.
Y no vengáis a tocarme la moral con que ayer no vale porque era un día excepcional, haced un cómputo de la última semana o del último mes. Si sois como yo y como el 99,99% de las personas que conozco, la lista 1 y la lista 2 no tienen nada que ver. Las cosas que dices que te importan y las cosas en las que inviertes tiempo y energía son conjuntos que no se solapan.
Y daros cuenta: esa filosofía de vida de la lista 2 ni siquiera es una mentira para quedar bien con los demás, nadie va a ver esa lista. Esas son las mentiras que nos contamos para quedar bien con nosotros mismos.
¿Y dónde nos lleva todo esto? A la siguiente forma que tenemos de jodernos la vida: nos engañamos pretendiendo que en unos años seremos mágicamente diferentes, cuando en realidad seremos más y más nosotros mismos.
El tipo que trabaja en un curro cutre y te dice que un día quiere cambiar de empleo y currar en algo más cualificado, pero que no ha pasado ni un minuto hoy adquiriendo las cualificaciones necesarias para desempeñar ese trabajo. No se ha apuntado a un curso, ni ha hecho planes para ello. Simplemente tiene la idea de que no se quedará en ese trabajo para siempre, porque de modo más o menos mágico evolucionará para convertirse en el tipo de persona que se interesa por otras cosas.
Lo que eres hoy es lo que vas a ser dentro de 10 años, pero elevado a la 3482564 potencia, a no ser que cambies lo que hagas hoy. Porque los seres humanos no cambiamos de motu propio, de motu propio nos calcificamos. ¿No me crees? Hay abundante evidencia de que los rasgos de la personalidad tienden a solidificarse con la edad, una vez ha acabado de formarse, y cambiar rasgos requiere un esfuerzo sostenido en el tiempo.Y esa ilusión se sostiene porque somos capaces de pensar que nos importan unas cosas mientras dedicamos tiempo y energía a otras.
Me voy a llorar al rincón.
¿Y eso?
Supongo que acabó destrozada por la contundencia de tu entrada… es demoledormente cierto!
En el primer punto de la primera lista no estoy de acuerdo. Trabajar consume mucho tiempo, pero es que es imprescindible (en líneas generales) para vivir, no es algo que normalmente uno quiera. También falta dormir, que para el caso es lo mismo, algo que no podemos evitar hacer. Por lo demás bastante de acuerdo.
Un saludo.
La clave es: ¿es trabajar una de las prioridades para ti? ¿Y si lo es, es ese el trabajo que quieres de verdad o que crees más importante? Y así con todo. Sí, hay que trabajar, pero conozco mucha gente que dice que no está donde quiere y que no hace nada por estar en otro sitio.
Trabajar no es una prioridad para mi. Pero comer y tener un nivel determinado de vida sí lo es y eso sólo lo consigo trabajando (al menos hasta que me toque el euromillón 😉 ). Eso sí, lo que uno puede hacer (o al menos intentarlo, pero intentarlo de verdad que es de lo que creo que trata todo esto al fin y al cabo) e buscar un trabajo que se adecúe lo más posible a sus expectativas Por eso yo he cmbiado de trabajo dos veces, perodiendo sueldo por el camino, pero ganando estabilidad y tiempo libre, que es lo que me interesaba (empresa privada, laboral de la administración, funcionario, funcionario en mi ciudad). Así tengo tiempo para estudiar música, que es lo que me gusta (aunque no todo el que quisera, porque hay que limpiar la casa, hacer la comida, esas cosas). Pero vaya, que estoy de acuerdo contigo, sólo puntualizar lo del trabajo.
Excelente curso de acción, entonces.
Jo! Pues mi lista es asombrosamente coherente!!!! (Y no es de ahora, cuando quiero algo voy a por ello como un kamikaze….)
Aún así coincido en que trabajar es un mal necesario, pero un mal. Tal y como se conciben los trabajos, tener que trabajar consume demasiados recursos. A ver si en unos años me zafo de la necesidad de hacerlo 😉
Todavía explorando tu blog, pero me imagino q habrá una correlación entre esa frustración general entre lo que somos y lo que creemos q somos y el el consumo de antidepresivos. Cómo se podría corregir desde una perspectiva de salud pública?
Hay que acabar con el capitalismo, básicamente XD
Lo dijo Krishnamurti y confirmas vos. Por el momento solo estoy pensando en que el mundo necesita más personas como ustedes y ahora me siento toda una borderline admirándolos.
Muchas gracias 🙂
Hola,
Quería exponer el resultado del ejercicio en mi caso, donde la primera lista y la segunda (tiempo que dedico) concuerdan bastante:
1) Cuidar de mi familia y amigos.
Es a lo que dedicó más tiempo. Tanto a pasar tiempo con ellos, como a preocuparme de su bienestar.
2) Disfrutar de los placeres terrenales en mi día a día (relaciones sociales,hobbies, …). Dedico todo el tiempo que puedo.
3) Obtener nuevos conocimientos. Una hora al día de media dedico a leer sobre los temas que quiero aprender.
4) El desarrollo profesional no es algo importante para mi, pero el tiempo que se dedica a trabajar hace que lo sea aunque no quiera, por lo que lo situó en este puesto.
5)Encontrar el amor… No se que tareas se pueden relacionar directamente con este objetivo, pero si salir de fiesta o Tinder cuentan como tiempo dedicado a esta busqueda, podría situarla en esta posicion.
Mas allá de la valoración de la lista, lo que me gustaría preguntar es si nuestros actos determinan nuestra prioridades en la vida o es al revés.
Es decir, si una persona coge unos hábitos por sus características psicológicas, ¿se puede dar que adecue su filosofía de vida en función de esto?.
Creo que este sería mi caso, y quería saber si esto es sano mentalmente.
Enhorabuena por el blog!
Un cordial saludo.
Nuestras características psicológicas y nuestros hábitos son lo mismo. Somos lo que hacemos. Una persona extrovertida lo es porque se comporta de un modo determinado, por ejemplo.