Hoy se cumplen 3000 días desde que empecé mi relación con Nur, con Victòria, con mi mujer. 3000 días es en sí una cifra rara, quizá arbitraria, y no recuerdo cuándo ni por qué decidí contar la fecha. Pero la puse en mi calendario para no olvidarla, y hoy me ha avisado.
3000 días es un montón de tiempo, si uno lo piensa. Algo más de 8 años. Ha dado para mucho, muchísimo. Cosas muy muy buenas, cosas muy malas y cosas que, simplemente, son. La mayoría del tiempo no pasa nada excitante en un sentido ni en otro, y está bien que así sea. Por más que las redes sociales se empeñen en lo contrario, los momentos cruciales son tanto las experiencias únicas como lo que las une.
Pensaba en cómo explicar o resumir estos días, miles de días, pero al final pensé hacer bueno el refrán sobre las imágenes y las palabras. Y como Victòria siempre fue muy diligente para las fotos, no como yo, no me resultó difícil ni trabajoso.








Hay muchas, muchísimas más, pero éstas son las que hoy he elegido. No deja de ser un resumen arbitrario de momentos que me llamaron la atención, como podían haber sido otros pero es que hay tantos.
Claro, Mònica está en la mitad de ellas, pero es que ser papá equivale a renunciar al protagonismo. Y es lo mejor que hemos hecho nunca, a falta de que Valeria nos sorprenda. Es normal que salga mucho. Es alguien que va a estar para siempre con nosotros.
Muchas gracias por estos 3.000 días, amor mío. Ojalá pueda tener 30.000 más contigo.
🙂 <3 Te quiero, mi cielo.
:´)
¡Felicidades!